Una carta para ti.

Tal vez solo fue casualidad o quizás fue el destino que hizo que nos uniéramos. Ambos con unas personalidades frías, con pocos sentimientos y sin mucho que demostrar, llegamos en poco tiempo a formar un lazo único, un lazo inquebrantable. Hablando durante días y noches, nos fuimos compartiendo nuestras vivencias, secretos, nuestros miedos y temores. En esos días grises donde la tristeza nos iba consumiendo poco a poco, hacíamos cualquier cosa solo para que el otro volviera a sonreír, no permitíamos que cayera en la depresión por ese gran cariño y aprecio que nos tenemos. Nunca se asomo por mi mente la idea de que te convertirías en una de las partes mas importantes de mi vida. Acepte tu pasado, los demonios que te atormentan, los errores que has cometido y hasta todos tus defectos. Te acepte justo como la bella persona que eres. En esas noches en las cuales no me encuentre junto a ti, donde sientas que te arropa la soledad, solo tienes que levantar la mirada al cielo, observar las hermosas estrellas y recordar estas palabras, siempre estaré contigo este donde este y nunca te abandonare.